Saturnina Medina Rodríguez asistió en al menos 500 nacimientos durante 75 años en Cantalapiedra. Así lo contaba Francisco Cebrián, el practicante, en una de sus crónicas, escrita en febrero de 1890, cuando ella llegaba a los 90 años. Falleció el 17 de junio de 1980. Ella era natural de Fresno el Viejo el 11 de febrero de 1890 y según relató Marí Carmen Alconada, su nieta y presidenta de la Asociación de Mujeres Aires Nuevos, "se traslado a Cantalapiedra al conocer a su marido" Eusebio Flores Holguera, se casó y tuvo cinco hijos, Ángel, Domitila, Paco, Pedro y Santiago.
Marí Carmen recordó que su abuela aprendió labores de enfermería durante la Guerra Civil y que tenia un libro de medicina que leía habitualmente. En Cantalapiedra asistía a las madres cuando iban a dar a luz y estaba pendiente de cada una de ellas hasta que el bebé soltaba el ombligo, según se pudo escuchar en el testimonio de alguna madre como fue el caso de Felisa Escudero, que recordó que en su caso le ayudó a dar a luz a sus hijos, salvo el último porque fue a dar a luz a Salamanca, no obstante incluso en este último estuvo presente la señora Saturnina que le acompañó en el trayecto hasta Salamanca. Tere, Mari Cruz Torres, Misericordia, su nieta Carmina, hija de su hijo Francisco, y su nieta María Jesús Flores, hija de Santiago, también tuvieron palabras que recordaron a esta ejemplar mujer.
Saturnina también ayudó en la cura de otras cuestiones como la de algún hueso dislocado, además si era necesario ayudaba a las madres con comida, sábanas o lo que fuera preciso. Ella era muy solidaria, constante y tenía gran a amor a su trabajo, según dejó escrito Cebrián.
La asociación de mujeres 'Aires Nuevos' llevó a cabo ayer un homenaje a Saturnina en el salón multiusos de la Plaza Mayor y colocó una placa en la que fue su vivienda en la calle Cantarranas, 13.
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