Martín Martínez de Cantalapiedra nació en la Muy Buena Villa hace 500 años, el 25 de marzo del año 1518, según el historiador Fernando Domínguez Reboiras.
Como suelen decir, nadie es profeta en su tierra. Martín Martínez es más conocido en países como Alemania o Francia que en España. Aparece en todos los diccionarios de léxico de dichos países, y en los de España se echa en falta su presencia, lamenta Domínguez.
Su fama también se diluye en su pueblo, Cantalapiedra, donde al parecer residió hasta los 18 años de edad, y cuyo origen llevaba con orgullo allá donde iba. El profesor Domínguez Reboiras, experto en temas editoriales, destaca como algo muy interesante el que Martín Martínez se trataba asi mismo en todas sus obras como 'cantalapetrensi', que seria la traducción del gentilicio cantalapetrense en latín, pues esa era la lengua en que se publicaba en aquella época. No todos los autores lo hacen.
Martín Martínez fue profesor en la Facultad de Teología de la Universidad de Salamanca, catedrático de Hebreo, Caldeo y Arábigo.
Fue alumno de Fray Luis de Leóny estuvo muy relacionado con él, también fue profesor de Garpar de Grajal y estuvo muy relacionado con él. De la obra de este último es experto Domínguez. Los tres personajes contemporáneos sufrieron la condena de la Inquisición. Todos ellos pasaron por aquellos horribles procesos y estuvieron encarcelados. Martín Martínez pasó cinco años encerrado en la prisión de Valladolid. Una de las causas que alegaron para condenarlo fue achacarle ser descendiente de judíos conversos, cuestión falsa según Domínguez. También la Inquisición amparó su condena en una de las obras más famosas del cantalapetrense, el Libri docem Hypotyposeon Theologicarum.
De Martín Martínez de Cantalapiedra, hijo de boticarios de la villa, se pueden extraer grandes aportes y virtudes, como que fue "una eminente y relevante figura de la historia de la ciencia en España, experto avezado especialista en todos los problemas candentes de su época y prioritario objeto de investigación en el campo de la filología bíblica y metodología teológica", en palabras del profesor Domínguez Reboiras, que muy amablemente ha facilitado estos datos para elaborar esta breve crónica y homenaje a un personaje que ha hecho y sigue haciendo resonar el nombre de su pueblo, Cantalapiedra, por todo el mundo.