Eladio "El Madrileño" y sus alumnos regalaron una tarde de acordeón a los mayores de Cantalapiedra
Gestos tan pequeños como el dedicar una tarde en la pequeña residencia de Cantalapiedra tocando el acordeón pueden tornarse una explosión de emociones y símbolos. Todo ello fruto del desinterés y el agradecimiento. Esta acogedora vivienda se llenó ayer de alegría gracias a la música y el ánimo que llevaron Eladio y sus alumnos, entre los cuales se encuentra el vecino Félix Camará. Los residentes acogieron con cariño a los músicos y la añoranza invadía el espacio por momentos al escuchar canciones que a muchos les tornaba a otros tiempos, quizá de una Cantalapiedra diferente.
Eladio "El Madrileño" y sus alumnos, entre ellos Felix Camará, Alfonso, Juan, Paco y Agustín quisieron cumplir ayer con un compromiso que adquirieron mientras organizaban la fiesta de acordeón que tuvo lugar el pasado 1 de septiembre con motivo de la presentación del número 6 de la Revista de Cantalapiedra en la que también actuaron de forma totalmente gratuita para apoyar este proyecto cultural. Pues en aquel trajín tuvieron tiempo de conversar con alguno de los que viven en esta casa y darles su palabra de que vendrían a tocar para ellos y así fue.
En conjunción se produjo un signo de agradecimiento de dichos acordeonistas para quien escribe esta líneas por haberles invitado a presentar dicha publicación, pero que se tornó en doble deuda por parte del mismo y de la buena villa, para quienes en este año han regalado en dos ocasiones su música, su tiempo, su esfuerzo y recursos para alegrar dos momentos a las gentes de este pueblo, hoy apartado en la provincia de Salamanca.
Y la tarde otoñal del 18 de octubre del año 2019 fue especial en el barrio Girón, en la vivienda de los mayores, donde la música abrió un espacio de alegría, baile y ánimo en un espacio especial del pueblo. Feliciano, Luis, Herminia, Luis, Antonío, Juan y otros, escucharon, bailaron, cantaron, disfrutaron y con su alegría y ánimo volvieron a cumplir con el ritual del agradecimiento que como sociedad tanto les debemos a ellos, nuestros mayores.