La lluvia de ayer dio la bienvenida a la IV edición de Feria Castellana de Cantalapiedra. El tiempo retrasó levemente la inauguración que estuvo amenizada por el grupo de dulzaineros Laurel.
La ausencia de sol hacía más agradable el paseo por los puestos de venta, no obstante la amenaza de lluvia hizo que en vez de la treintena de puestos esperados, solo se contara con una veintena. No obstante la gran variedad de los productos ofertados hizo que el mercado fuera interesante para quienes se acercaron a visitarlo.
Los que mejor lo pasaron fueron los chavales. Para ellos hubo la atracón de barca, juegos de mesa, incluso burros sobre los que pasear por la plaza. También pensando en las niñas, la artesana local Valeriana Galán de Creaciones Valery hizo dos talleres, uno de diademas y otro de creación de tocados. En ambos puso el acento en el reciclaje de materiales.
Esta feria contó con muchos atractivos más. Las degustaciones alimentarias en varios puestos y las generales de quesos y chorizo ibérico motivaron que los asistentes se llevaran a casa productos de calidad para disfrutarlos en las próximas fiestas. La feria fue clausurada con la degustación de un chocolate con bizcochos.