El sábado de la Fiesta de la Virgen ha estado cargado de propuestas para disfrutar de la muy buena Villa de Cantalapiedra. Como es habitual en los buenos días del verano, el mercadillo ha traído a la plaza numerosos puestos de venta.
Triste ha sido la despedida de un conocido vecino a las doce del mediodía en la Iglesia de Santa María del Castillo.
A la una tendría lugar en la ermita la boda de los jóvenes Carmen y Javier. Allá fueran personas del pueblo para ver entrar a los novios como es costumbre.
Por la tarde llegó el turno de los más peques, para los cuales se habían dispuesto castillos hinchables, pintacaras, y otras serie de propuestas entretenidas.
Mientras tanto, la terraza de Ruth del Bar Casino estaba llena de gente que no se quiso perder la la demostración de bailes de Sevillanas a cargo del grupo El Romero de la Nava y la degustación de jamón cortado en el acto por Miguel Viruega.
Por la noche sigue la fiesta, con la verbena a cargo de la orquesta La Resitencia.