Verano


Llegado el verano Cantalapiedra cambia; se despierta, porque la gente sale a la calle; se revitaliza, cuando vuelven los que otro día se fueron.
La calidad de vida de Cantalapiedra es ínfima por su tranquilidad y por su agradable climatología veraniega.
Días benignos y soleados; noches frescas dispuestas para un buen paseo y agradable sueño.
Resulta atractivo pasear por las características calles de Cantalapiedra y desembocar en una alegre y peculiar plaza; peculiar, por el contraste de sus edificios dispuestos en tan amplio espacio; alegre, por los niños que corren y juegan en los columpios, y por esas grandes terrazas de los bares siempre llenas de conversaciones y aires de sociabilidad.



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