La Casa Regional de Castilla y León de Alcobendas visita Cantalapiedra en el día de la Hispanidad

Un grupo de 55 personas llegadas de Alcobendas conoció la buena villa y sus templos religiosos

La Casa Regional de Castilla y León de Alcobendas, gracias al empeño de su presidenta, Julia Martín, hija de la villa, su vicepresidente y otras personas, visitó la Cantalapiedra en el día de la Hispanidad. 

La buena villa recibió un autobús lleno, en el que se trasladaron 55 personas desde la localidad madrileña de Alcobendas. En dicha ciudad, el que fuera vecino de Cantalapiedra, Demetrio Martín (conocido también como Magazos) fundó esta asociación un 21 de octubre de 1989. En este mes se cumplen 30 años, razón por la cual se puede incluir este viaje en las muchas propuestas que desde esta casa regional han llevado a cabo para celebrar este aniversario tan especial. 

Entre los hombres y mujeres  que llegaron a Cantalapiedra, residentes en Alcobendas en su mayor parte, pero originarios de diferentes lugares de España y otros países, también se encontraban los tres hijos de la villa Julia, María Luisa y Ángel Luis.

Los visitantes fueron recibidos por el alcalde (Miguel Ángel) y los concejales (Oscar, Ángel y Alberto) del Grupo de Gobierno del Ayuntamiento en el salón del edificio multiusos. Posteriormente, con motivo del año jubilar otorgado por el Papa Francisco al Monasterio del Sagrado Corazón de Jesús, con motivo de su inminente centenario, el próximo 31 de mayo del 2020, asistieron a una misa en el convento, donde pudieron comprar pastas y vieron un vídeo de la fundación del mismo. Posteriormente visitaron la iglesia y la ermita. 

Finalmente tuvieron oportunidad de disfrutar a la mesa del Bar Bigotes de un chuletón de ternera y otros manjares así como de fotografías de la villa proyectadas para la ocasión por quien escribe estas líneas. 

También hubo momento para bailar una jota, emocionarse recordando la fundación de esta asociación hace tres décadas y para escuchar a la presidenta sus palabras de agradecimiento por el acogimiento recibido en la muy buena villa de Cantalapiedra.