Un rato de nieve

Minutos blancos


El martes amaneció lloviendo, pero el cielo estaba blanco y el tiempo frío, tanto que terminó nevando pero no cuajó, en una segunda intentona comenzaron a caer copos con más intensidad, hasta que el paisaje de Cantalapiedra quedó cubierto por una ligera capa de nieve, una manta de nata lo suficientemente espesa para   cambiar el paisaje durante unos momentos, porque enseguida el sol venció a la espesura del cielo y comenzó a derretir aquella cobertura que en pocos momentos desapareció.



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