Mañana la Iglesia celebra el bautismo de Jesús, una
fiesta de vital importancia para esta institución, porque es la puerta por la
que todos los cristianos entran a formar parte de esta comunidad a través del
bautismo que Jesucristo recibió de manos de San Juan Bautista.
Tras un
tiempo de obras, el monasterio de Cantalapiedra ha abierto sus puertas y ya
ofrece servicios religiosos, como las misas del domingo, a las 9.30 de la
mañana y a diario, a las 8.00 horas, aunque no es mucha gente la que va, ahora
lo hacen con mayor comodidad, porque las monjas han instalado un sistema de
suelo radiante, han pintado las paredes, han adquirido un nuevo ambón (para
entender mejor, es un apoyo donde se lee la biblia) y han pintado la imagen del
sagrado corazón que preside el altar mayor.
El lujo
de acudir a una celebración en el monasterio de las hermanas clarisas se hace
ahora mayor, gracias al confortable calor del nuevo sistema de calefacción
sumado a la remozada ambientación del templo que se une al ya conocido proceder
delicado de esta congregación de mujeres virtuosas que vuelcan todo su empeño
en armonizar las ceremonias con el encanto de unas voces ensayadas y hermosas melodías
que ayudan a elevar el espíritu o el alma más cerca de Dios. No siendo estos
suficiente, sus detalles van a más y gustan de embellecer la estancia con
adornos florales para la ocasión, y otra serie de elementos religiosos, como
los manteles de la mesa del altar o las propias ropas del sacerdote o casullas
que se muestran bordadas con adornos propios del día a celebrar.
Todo un
placer, el poder deleitarse con un acontecimiento de tal magnitud en nuestra
Muy Buena Villa y que, a buen seguro, se repetirá con la celebración del
bautismo de Jesús, última fiesta del tiempo litúrgico de la Navidad.
"Jesús
recibió el bautismo y mientras estaba orando, se abrió el cielo y el Espíritu
Santo descendió sobre él en forma corporal, como una paloma."
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