Prácticamente desde el pasado martes, la localidad de Cantalapiedra permanece oculta bajo la niebla. El martes pasado la niebla llegó para irse intensificando día a día, de manera que durante la jornada del domingo y el lunes no se ha visto el sol en la buena villa.
En estas tierras castellanas es muy frecuente este fenómeno meteorológico, con principal intensidad en Cantalapiedra, donde dicen que se juntan las influencias de la cuenca del rio Duero y la cercanía rio Tormes, aunque a muchos kilómetros de distancia de estos ríos, según esta supuesta explicación parece dejar evidencia de su humedad en esta zona que se encuentra dentro de la cuenca del Duero. Más cerca están los ríos Guareña y el rio Trabancos, uno reducido a un regato y el otro con un cauce intermitente, que la mayor parte del tiempo abunda en él fina y blanca arena.
Lo cierto es que Cantalapiedra está en una especie de bajo de enormes dimensiones, de ahí que sean diversos los altos que bordean el término municipal, a destacar cuestas como la de Horcajo, La Culebra, Cuesta Grandes, Alto del Camino o los Balcones, entre otros, todos ellos altos desde los cuales, cada cual en una orientación distinta, se puede ver la panorámica de la buena villa de Cantalapiedra en días sin niebla.
Lo cierto es que Cantalapiedra está en una especie de bajo de enormes dimensiones, de ahí que sean diversos los altos que bordean el término municipal, a destacar cuestas como la de Horcajo, La Culebra, Cuesta Grandes, Alto del Camino o los Balcones, entre otros, todos ellos altos desde los cuales, cada cual en una orientación distinta, se puede ver la panorámica de la buena villa de Cantalapiedra en días sin niebla.
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