La enfermera Inés Pérez Sánchez pronunció el pregón de inicio de las fiestas de Cantalapiedra.
"Es un honor y una alegría estar aquí, hoy en esta maravillosa tierra de tradiciones arraigadas y corazones cálidos", dijo doña Inés, la enfermera que durante tres décadas cuidó de la salud de los vecinos de la villa.
La enfermera, que en estos momentos ejerce su profesión en la zona básica de salud de Pedrosillo el Ralo, quiso poner en valor la fiesta. "Un evento que nos une en la diversión, la camaradería y el amor por nuestra querida localidad", dijo.
Sin entrar en profundidad, no dejó de mencionar el rico legado de la villa. "Cantalapiedra con sus calles empedradas que resuenan con historia de generaciones pasadas, es un lugar donde el espíritu comunitario florece", anotó.
En su discurso también aludió al paisaje del lugar. "Desde los campos que nos rodean hasta las risas que llenan el aire, cada rincón de Cantalapiedra lleva la esencia de vuestra cultura y pueblo", consideró.
Inés no entró en detalles de sus vivencias durante sus 31 años de ejercicio profesional en Cantalapiedra, pero seguro que los recuerdos se hallaban tras la intensa emoción que se percibía en su intervención que incluso en un momento le hizo detenerse para retomar aire y continuar.
"Las festividades como estas son momentos de alegría, pero también de reflexión. Miramos hacia atrás con gratitud por las lecciones que nos han traído hacia aquí y hacia adelante con esperanzas por las oportunidades que el futuro nos depara. En una oportunidad para forjar recuerdos nuevos y fortalecer los lazos existentes, porque en Cantalapiedra, sois más que vecinos; somos una familia", añadió.
La pregonera concluyó su alocución con un: "¡Felices fiestas para todos! ¡viva vuestra patrona la virgen de la Misericordia! ¡Viva Cantalapiedra! gracias.
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