En el recuerdo van quedando algunos de los símbolos de esta fiesta y en la añoranza las personas que los han creado y nos los han trasmitido. En Cantalapiedra tenemos un gran tesoro que debemos de conservar, las tradiciones por las que tanto han luchado nuestros antepasados, remotos y los más recientes. Sirva el ejemplo de las musicales, que conservamos hoy gracias a los músicos de esta villa, a destacar Santi el músico por ser el último. Este año se le echa especialmente de menos, continua sonando La Taranina porque él nos la ha legado. Con añoranza se recuerda en la localidad lo que tantas veces le decían las personas que bailan La Taranina, "moja la pipa Santi". También se echan en falta a otros músicos recientes como Coto y el Cómico, y a muchísimas personas que han contribuido con su participación, más o menos visualizada, a enriquecer la fiesta de la Virgen. Personas que un día estaban aquí y hoy, estén donde estén, a buen seguro gozan de la siempre agradable y deseable compañía de la Virgen de la Misericordia.