La paella de las fiestas de septiembre ha vuelto a ser elemento de fraternidad. La excusa necesaria para reunir a amigos, familiares, vecinos, conocidos, personas que quizá hacía mucho que no se veían o que pueden ser de trato diario. El arroz bien guisado por Ana Celador ha sido otro año más el plato principal de un encuentro vecinal multitudinario. Entorno al buen alimento y la bebida se debate, se argumenta, se comenta y se disfruta de un momento compartido. También las peñas son estos días lugares de reunión únicos, donde el núcleo de amistades hace piña con un mismo color y un mismo nombre y donde se acoge a otros peñistas, a otros lugareños y a los siempre bienvenidos forasteros.
Excelentes fotografías de Alejandro Caño:
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