Más horarios de tren y bus por el desarrollo rural y del medio ambiente

El medio rural pide medidas que den un respiro a los habitantes de estas zonas. Un recurso con el que cuentan no todos los pueblos es el tren. En los últimos años se está procediendo a estrangular a las localidades más pequeñas con parada de trenes. Primero se eliminaron las estaciones. En algunos lugares quedan apeaderos o paradas y en otros ni eso. Si hubiera más horarios de trenes entre Salamanca, Medina del Campo, Valladolid y localidades como Fresno el Viejo, Carpio del Campo, Cantalapiedra y el resto, sería muy lógico que muchas personas que trabajan o estudian en las ciudades tuvieran la posibilidad de elegir los pueblos para vivir.
Además, los trenes quizá serían más sociales y se aprovecharían más si los precios fueran más accesibles. No es posible que circular en autobús o en tren sea más caro que hacerlo en coche o que tenga un precio similar pues el medio de trasporte público debería de ser más económico por tratarse de una forma de viajar más social y sobre todo más respetuosa con el medio ambiente. 
Si realmente se quiere fomentar el desarrollo rural y se quiere cuidar el medio ambiente hacen falta gestos. Quizá el de promover el trasporte público desde y hacia las zonas rurales sea una medida a contemplar. También el turista tendría la posibilidad de conocer más fácilmente otros lugares y los veraneantes tendrían mejor opción de llegar a esos pueblos tan encantadores de la geografía española.


2 comentarios:

  1. Muy cierto, hoy en día viajar en tren o autobús es caeisimo. Por no hablar de los horarios y de todos los trenes que an quitado para viajar a ciertos sitios. Una verdadera pena.
    Cómo nuestra estación, en su día era preciosa, no sé el motivo de cerrarla y su avandono, el reloj roto, los cristales de la marquesina rotos también, una pena. Con el frió que hace en invierno que la gente tenga que esperar en la calle y pasar frio teniendo una estación, me parece una verdadera pena y a la vez vergüenza. Pero es lo que hay.

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  2. La velada política demográfica española no contempla otra cosa que la despoblación de las provincias interiores, especialmente las de Castilla y León. Aguantarán las capitales y los pueblos más grandes mientras quede algo de trabajo en turismo y hostelería o quede algo de agricultura, ganadería e industrias; pero de infraestructuras y revitalización, nada.

    El único bombo y platillo político que se escucharía en una localidad como cantalapiedra u otra cualquiera del entorno sería el "mirlo blanco" de alguna multinacional que decidiera instalarse por que tuvieran garantizado obtener una ganancia a corto o a lo sumo medio plazo, como hizo por ejemplo Vestas en León.

    A buen seguro se beneficiaría la empresa, no solo de la adulación y servilismo institucional, sino de ayudas públicas directas, ventajas fiscales, los decrecientes derechos laborales, etc.

    España y, en particular, Castilla y León, nunca hará como otras regiones europeas más al norte que exigen a quienes quieren entrar en sus territorios y sus mercados que se dejen allí buena parte de su valor añadido: desarrollo, investigación, diversificación, ingeniería, etc. Es algo de cajón porque mejora mucho la calidad del empleo y hace más difícil la deslocalización a la primera cisis, al menos total, como ocurre a los compañeros de Vestas en Villadangos del Páramo (a 20 km de León). La desaparición de 360 empleos directos y dos millares indirectos dejan aquella localidad herida de muerte y supone un durísimo golpe para una capital con una población activa inferior a 50000 personas.

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