El Domingo de Ramos, Cantalapiedra volvió a disfrutar de una de las procesiones más bonitas que se celebran a lo largo del año en la buena villa. Además de ser una de las pocas procesiones de la borriquita que se pudieron ver ayer en toda la provincia de Salamanca y casi seguro que la única en la que los niños cargan la imagen de Jesucristo entrando triunfante en Jerusalén sobre un burro. Además, la procesión del Domingo de Ramos es uno de los acontecimientos religiosos más frecuentados de Cantalapiedra durante estos días de la Semana Santa.
Junto con las hermanas clarisas del monasterio del Sagrado Corazón de Jesús, se realizó la bendición de ramas de laurel que se repartieron a los fieles asistentes en el templo del convento. Posteriormente partió una procesión, bien ordenada, como es costumbre en Cantalapiedra, en dos filas de personas que portaban las ramas del laurel.
En la misma, los protagonistas eran los niños vestidos de blanco, a los que habían preparado las monjas para la ocasión. Unos llevaban la cruz y ciriales que encabezaban la comitiva, otros portaban otros elementos como los Evangelios o el incensario y otros se turnaban para llevar sobre sus hombros la imagen de La Borriquita que cada año aportan para esta procesión las religiosas del monasterio de Cantalapiedra.