Ahora las
calles de Cantalapiedra están alegres. Con el calor la gente aprovecha para
hacer vida social. Han venido muchos que ya viven en otros lugares.
Por la
mañana se aprovecha para ir al banco, a las tiendas y hacer las compras. Se
compran los buenos alimentos del pueblo. ¡qué gratificante es comer sano y de calidad!.
Porque en Cantalapiedra los productos se distinguen por su buen gusto.
Las panaderías
ofrecen una selección de panes y otros productos de repostería muy apreciados
por su sabor y propiedades naturales.
Las carnicerías
se llenan de gente que sabe que aquí la carne sabe bien.
En las
diversas tiendas y fruterías se ofrecen productos con plenas garantías para el
cliente.
La de
valorar positivamente sus compras en Cantalapiedra es una opinión compartida
por todos los que las han realizado en alguna ocasión.
Durante todo
el día permanecen abiertas las piscinas municipales. Un esplendido momento para
refrescarse y relajarse en la fresca hierba.
Por las
tardes es muy común encontrarse gente paseando por el parque de la ermita. Las
terrazas de la plaza comienzan a llenarse hasta por la noche.
Por la noche
hasta altas horas de la madrugada, se aprovecha la fresca luz de la luna para
pasear hasta la estación del ferrocarril, y por la plaza.
La plaza, por la noche, se llena de
ilusión, gracias a los juegos de los niños que corretean de un lado para otro
llenando este gran espacio abierto.