Esta semana comenzó con la fiesta en honor a Nuestra Señora de la Misericordía y religiosamente hablando termina en el domingo de la Santísima Trinidad. Tras la misa celebrada por Anastasio Fariza y José Luis Quintero, se hizo procesión con la Virgen y también hubo convite. Curioso el detalle de las personas que metieron la Virgen, pues una sola familia portó tanto las andas de adelante como las de atrás. La familia Martínez García dió 800 por las de adelante y 600 por las de atrás.
Los mayordomos, que eran los nacidos en 1977, cedieron las varas a los mayordomos del año que viene, que son los hombres y mujeres que nacieron en 1965. El cambio de varas se produjo en el Salón Pósito, donde a pesar de ser el último día, se vivió una jornada muy animada, con alegres bailes hasta el final.
La Virgen de la Misericordia volvió a unir a los hijos de la villa entorno a su fiesta. Precisamente el fomento de esa cordialidad y encuentro entre las gentes de la localidad, sobre todo en aras de la necesaria reconciliación en muchas ocasiones fue fomentada con insistencia por parte de los sacerdotes en las misas.
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