Un paseo en bicicleta pasando por Palacios Rubios y Villaflores a las 11 para comenzar la jornada festiva del lunes.
El día queda fragmentado y decorado por la particular paella para todo el pueblo, centrando nuevamente la atención en la espectacular reunión que congrega en esta bella plaza a cientos de personas para compartir una de las horas más agradables del día. La degustación de paella dota al ambiente festivo de un agradable día de descanso para las amas de casa, que no tendrán que cocinar. Las terrazas de los bares, mesas por doquier y jóvenes aprovechando cualquier bordillo o el mismo suelo empedrado para disfrutar del alimento y sobre todo de la agradable compañía de vecinos, amigos, familiares y conocidos, que son en realidad los que engrandecen las Grandes Fiestas de esta Muy Buena Villa.
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