Hilario Almeida promovió y puso en valor el mantenimiento de las tradiciones musicales de la buena villa
Los villancicos populares de la muy buena y leal villa de Cantalapiedra y su misa Pastorela son legados musicales únicos. También lo son otras tradiciones que perviven gracias al empeño de las personas del lugar. En esta última etapa cabe destacar el trabajo de un grupo de personas entre las que se encuentra Javier Quintero. Entre ellas también está Alberto Iglesias. Ya no está entre nosotros, don Hilario Almeida Cuesta, que fue quien enseñó a las personas mencionadas y a mucha otras, varias de las destrezas musicales que poseen. También este último, mientras fue párroco de Cantalapiedra se encargó de motivar, animar, poner en orden y recopilar estas tradiciones. Impulsó el mantenimiento de las mismas. Haciendo que por ejemplo el cántico de los villancicos entrono al órgano se mantuviera con gran intensidad en las celebraciones religiosas de navidades, especialmente en las misas de Navidad, Año Nuevo y Reyes.
También don Hilario creo una rondalla parroquial, en diferentes etapas y generaciones, donde los grupos formados por chicos y chicas de diferentes edades se contaban por decenas. Los jóvenes acudían a los ensayos con gran alegría y después ponían en escena los cánticos ensayados principalmente en navidades pero también en otras fechas, con mayor asiduidad en la iglesia de Santa María del Castillo pero también en otros templos de otras localidades, con las que el párroco conseguía intercambios.
En Cantalapiedra, se mantiene vivo un legado musical, que hay que agradecer a los que lo siguen ensayando y cantando, también a los antepasados y personas que dejaron su huella, en esta herencia, entre las cuales se encuentra Hilario.
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