El paso subterráneo que permite a los peatones que desean visitar el cementerio pasar bajo la vía del tren sin peligro vuelve a estar inundado pese a que aún no ha llovido mucho. Esta no es la primera vez que sucede. Y al parecer este es un problema al que aún no se ha ofrecido solución. Quizá de quien dependa mantener en buenas condiciones este elemento de accesibilidad público no sea consciente del problema, razón por la cual se aprovecha la ocasión para publicarlo en este espacio. La intención es facilitar el que se ofrezca la solución pertinente.
Este es uno de los muchos problemas que se detectan en Cantalapiedra cuando llueve y no en exceso. Aunque son escasas las ocasiones de precipitaciones de cierta abundancia. Mucha calles, incluso de las más nuevas (por ejemplo Tejedores), se convierten en charcos que hacen que el peatón que transita por las mismas inevitablemente se moje, al menos los pies, salvo que utilice botas de goma.
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