Cantalapiedra pone en valor las grandes virtudes de elegir el pueblo

Leticia, Josúe, Miguel Ángel y Ángel ofrecieron su ejemplo para poner en valor el potencial de optar por el entorno rural


Cantalapiedra acogió un acto de puesta en valor del entorno rural. Más que un gesto de defensa, el evento se convirtió en una excusa para visualizar, verbalizar y descubrir las grandes ventajas que supone optar por desarrollar la vida en un pueblo. Fue en la tarde del  viernes, 6 de diciembre, Día de la Constitución. Gracias a la participación de cuatro ponentes de lujo para esta temática, cuatro personas luchadoras, emprendedoras, ilusionadas y amantes de los pueblos en diferentes vertientes y de un público brillante por su gran interés, también destacados muchos o todos los asistentes por contar con cualidades de las mencionadas u otras, ya que entre ellos, muchos han sido o son piezas clave del desarrollo de lugares como Cantalapiedra.
Leticia Illera, emprendedora, cuenta ahora con al menos cuatro iniciativas en funcionamiento, Servifresno Hogar, casas rurales Muiller, Muiller II y La meditación de Daniela. Puso como ejemplo su apuesta por los pueblos, y ofreció sus diferentes apuestas, emprendiendo en diferentes localidades, principalmente en Fresno el Viejo y Cantalapiedra. "Un pueblo es la mejor escuela en la vida porque te hace aprender mucho desde pequeño", argumentó. 
Josué Portela, gestor de la Casa rural La Avutarda en Villoria, centró la atención de su discurso en el turismo de naturaleza como una alternativa para mantener nuestros pueblos, destacando las riquezas ornitológicas que habitan o transitan por la zona. Incidió en la necesidad de "dar importancia a la naturaleza, la que tenemos", puntualizó.
Miguel Ángel, de Fresno el Viejo, fotógrafo y profesor de padel, entre otras profesiones, regaló a los asistentes su secreto para salir adelante, impulsándose en la cercanía, sencillez y amabilidad del pueblo para sacar adelante nuevos proyectos. Animó a todo el que quiera a hacer lo mismo. "A lo mejor no sabes que hacer, pero hay algo que se te da bien. Tu pueblo es muy bueno para que te atrevas a hacerlo", manifestó. 
Ángel Jiménez, propietario de la posada La casa de las Manuelas de Horcajo de las Torres, dejó ver las bondades de su proyecto, en el que al principio nadie creía y que con el cual ha conseguido llevar a esta localidad abulense a personas de lugares tan remotos como Australia, China o Estados Unidos. Turistas que han llegado a este pueblo puesto "en medio de la nada", atraídos por su hospitalidad y que gracias al encanto del lugar se han ido con ganas de volver. De hecho "muchos clientes se sorprenden por la tranquilidad del pueblo y amabilidad de la gente". Ángel alabó los productos de cercanía que a su vez ofrece a quienes se hospedan en su posada y a los que reservan cena o comida para disfrutarla allí. 
El público aportó interesantísimos argumentos, razones y motivos para vivir en el pueblo, también hubo espacio para destacar las necesidades y posibles deficiencias, añoranzas y apoyos en los que los habitantes del lugar han de sustentarse para mantener en pie la  robusta estructura que sustenta la siempre entrañable silueta de cada uno de nuestros queridos pueblos.