Cantalapiedra
está acostumbrada al Lunes de Aguas, una fiesta muy salmantina en el campo. El
Lunes de Aguas es ese día en el que las calles de Cantalapiedra se vacían porque
la gente se va al campo a disfrutar de una tarde de merienda, aunque este año,
gracias al buen tiempo, mucha gente ha optado por acudir también a comer. Desde
Cantalapiedra lo más típico ha sido acudir a los pinares de La Carolina, donde
también van vecinos de Tarazona de Guareña, Villaflores o Vallesa de Guareña.
Últimamente también se ha puesto de moda acudir a los montes de Madrigal, donde
suelen reunirse vecinos de Fresno el Viejo, Horcajo de las Torres y Madrigal de
las Altas Torres. Otras personas también disfrutan de la jornada en otros
pinares o lugares. Lo importante es la reunión familiar, de amigos o conocidos.
Se trata de un encuentro puntual que tomando como escusa el Lunes de Aguas,
sirve para disfrutar de una jornada en sociedad.
Estas salidas
al campo siempre apetecen la tortilla de patata y otros manjares propios de
meriendas en la naturaleza. La sombra y el acogimiento de los pinos recogen
estas reuniones donde no faltan las empanadas de membrillo y chorizo de Cantalapiedra,
ni los hornazos. Este último producto, famoso en toda Salamanca y que ya se
degustaba en Cantalapiedra acompañado con vino en el siglo XII. Hoy el alimento
se riega con la típica limonada de Cantalapiedra. Un brebaje que es fácil de
tomar, elaborado a base de vino tinto, limón en trozos, agua y azúcar.