Las gentes de Cantalapiedra volvieron a engalanar ayer, lunes 10 de junio, a su Virgen con sus evidentes muestra de cariño. Después de la misa oficiada por el párroco, Anastasio Fariza, se produjo la tradicional procesión bailada alrededor de la ermita.
La celebración eucarística en si, ya fue un regalo acicalado con ingredientes ancestros. Una misa en latín que evoca a tiempos pasados en la que destacan diferentes aderezos. Se me antojan los amenes, el Et Incarnatus entonado por Emilita u otras voces reconocibles, entre las que se encuentran, las de los que nunca faltan, como la de Alfonsito. Alberto Iglesias es el que con sus manos virtuosas hace sonar esas melodías que acompasan los cantes dentro del templo, también toca Rosa López y a veces Jesús Quintero. Sería muy positivo para el pueblo, para los alumnos y el profesor que alguien enseñara a jóvenes a tocar el órgano y que aprendan estas melodías tradicionales, con todo el respeto pienso que Alberto debería plantearse esta posibilidad, pues además le convertiría en maestro.
Dejo aquí, para continuar en otro texto, este relato de muestras de cariño a la Reina de la Misericordia por parte de las gentes de Cantalapiedra y de otros lugares que guardan esta devoción.
Dejo aquí, para continuar en otro texto, este relato de muestras de cariño a la Reina de la Misericordia por parte de las gentes de Cantalapiedra y de otros lugares que guardan esta devoción.
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